Quemar las Naves!
Basta ya de lamentaciones,
Basta de suplicar perdón.
Es hora de tomar las riendas,
De arrojar al fuego la redención.
Hemos quemado los puentes,
Hemos cruzado el punto de no retorno.
Ya no hay marcha atrás,
Sólo el abismo o la redención.
Hemos pisoteado la inocencia,
Hemos escupido sobre el paraíso.
Ahora sólo nos queda enfrentarnos
A la furia de nuestro propio juicio.
Nada de llantos, ni de súplicas,
Ni de intentar volver atrás.
Es momento de arder en las llamas,
De resurgir como cenizas, o perecer.
Hemos quemado las naves,
Hemos hundido los barcos.
Sólo nos queda avanzar,
Hundirnos o alcanzar la otra orilla.
Ya no hay vuelta, ni retroceso,
Sólo el camino que hemos elegido.
Asumir las consecuencias de nuestros actos,
O enfrentar la aniquilación del olvido.
Quemar las naves es el único camino,
Quemar las naves, sin mirar atrás.
Pues sólo así podremos redimir
Los pecados que nos condenan.
