¡Qué gran amor el que me diste,
qué gran amor el que te di,
fue tan bonito y tan sincero,
que hasta el cielo sonreí!
Me enamoré de tus abrazos,
de tus promesas sin final,
y aunque la vida nos cambió,
yo no te dejo de adorar.
¡Qué gran amor, qué gran cariño,
cómo olvidar lo que vivimos!
Si hasta la luna nos miraba,
cuando juramos ser los mismos.
¡Qué gran amor, qué suerte mía,
haberte amado sin medida,
aunque la vida nos separe,
tú sigues siendo el alma mía!
Tus besos fueron mi destino,
tus brazos fueron mi lugar,
y aunque el tiempo nos castigue,
nunca te voy a olvidar.
Porque los amores más hermosos
nunca terminan de verdad,
siguen latiendo en los recuerdos,
siguen amando en soledad.