No lo dudes de este amor, Paloma mía,
que se expresa en estos versos de pasión
con rebrotes aromados de ilusión
Del fervor que te profeso día con día.
Mas al alba renace la porfía,
mi corazón, cual fénix redivivo,
arde en llamas de un fuego tan esquivo
que consume razón y fantasía.
En mis labios tu nombre es un suspiro,
en mis ojos tu ausencia es un destello,
en mis manos, la sombra de un anhelo.
Entre amar y negar, constante giro,
prisionero de un sentir tan bello
que me eleva y me hunde sin consuelo.