Poema de Gratitud a Jaime Correa
En la brisa suave de tus versos,
como ríos de plata, fluyen sin cesar,
tu distinción, un regalo inmenso,
un faro en la niebla, que sabe guiar.
Jaime, forjador de sueños y estrellas,
en tus letras, un cosmos se asoma,
cada palabra, una danza de huellas,
un eco profundo que al alma desploma.
Tu pluma, un río que abraza la vida,
susurrando secretos de amor y verdad,
en cada estrofa, una luz encendida,
un abrazo cálido que invita a soñar.
Sé que lo que me ofreces sincero,
es reflejo de tu arte y esencia,
un lazo que une, un mágico sendero,
donde florece la pura presencia.
Hoy guardo con gratitud esta llama,
que arde brillante en mi corazón,
y celebro el camino, sin drama,
donde la poesía es nuestra canción.
Gracias, Jaime, por tu luz y tu canto,
por ver en mí lo que el alma destila,
y por enseñarme, en este encanto,
que el arte es un puente que nos inspira.
