En la penumbra de mis versos me sumerjo,
donde el alma se desnuda sin reparo,
y el ansia de amar se vuelve un desgarro,
en mi corazón enlutado y sincero.
Mis letras se hilan con hilos de sombra,
como la melancolía en mi pecho anida,
y en cada verso brota la vida perdida,
en el eco de un suspiro que se nombra.
En mi pluma se agitan los fantasmas,
de amores truncados y sueños rotos,
y en cada palabra siento el desgaste.
Bajo el manto oscuro de la noche,
mi voz se alza en un canto desgarrado,
donde la tristeza y la esperanza se abrazan,
en el eterno vaivén del ser amado.