Un negocio, un proyecto
Que se pausó en el ocaso,
No es final, sino un trayecto
Que nos llama con su abrazo.
La pausa trae reflexión,
Un momento de sosiego,
Para hallar en la introspección
El camino y su trasiego.
La tinta aún no se seca,
El tintero espera en calma,
Cada página se conecta
Con la esencia de nuestra alma.
La ambición, en su letargo,
Se convierte en sabiduría,
Un faro en medio del margo
Que ilumina con su guía.
Cada deuda descubierta
Es un mapa del pasado,
Una senda que, despierta,
Nos muestra lo aprendido y amado.
El libro, en su espera paciente,
Guarda sueños y esperanzas,
Y al retomarlo, consciente,
Reconocemos sus danzas.
El proceso es un espejo
Que refleja nuestro ser,
En cada línea, un reflejo
De lo que aún podemos hacer.
Con la mente más serena,
Y el corazón renovado,
El proyecto, en su faena,
Será por fin completado.