¡Oh, tú, genio de las mil facetas!
Tú, que supiste crear un universo
Más real que la misma realidad,
Tejiendo tramas de sombra y de verso.
Tú, que habitaste simultáneamente
Infinitas vidas, infinitas almas,
Desgarrando los velos del misterio,
Y conquistando etéreas, silentes palmas.
¡Salve, Persona, Álvaro, Ricardo!
Maestro de la heteronimia sagrada,
Que supo esculpir en cada seudónimo
Una esencia propia, distinta y marcada.
Tú, que exploraste las profundidades
Del ser humano, en toda su vastedad,
Revelando los abismos del espíritu,
Donde anidan sombra y luz, noche y claridad.
¡Oh, Pessoa! Poeta de los poetas,
Tú, que supiste dar voz al silencio,
Elevar la prosa al rango de poesía,
Y desafiar los límites del lenguaje.
Tu obra, cual laberinto intrincado,
Nos desafía a perdernos sin cesar,
A desentrañar los hilos del destino,
Y a aprender el arte de navegar.
Pues tú, maestro de la ambigüedad,
Nos enseñaste a abrazar la complejidad,
A habitar múltiples facetas del ser,
Y a celebrar la eterna diversidad.
¡Salve, Pessoa! Tú, que con tu pluma
Supiste reescribir la condición humana,
Erigiendo un monumento al misterio,
Que perdurará por siempre, soberana.