I
Noche de luna, silencio y misterio,
las sombras se extienden como un suave mar;
la ciudad se viste de un brillo etéreo,
y el tiempo se queda, sin querer pasar.
II
La luna se asoma, en cielo callada,
su rostro es de plata, su luz un suspiro;
y yo en esta calma, me siento atrapada,
con el alma a tientas y el pecho en un giro.
III
Las calles se duermen bajo su encanto,
las piedras relucen con luz de cristal;
y en cada rincón, como un viejo canto,
renace un recuerdo de aroma ancestral.
IV
Noche de luna, tan honda y tan cierta,
que deja en mi piel su huella fugaz;
me trae memorias, me deja desierta,
y luego se esconde sin volver jamás.
V
Camino en la sombra que ella perfuma,
un paso en el viento, un paso en la paz;
la luna me observa, paciente y sin bruma,
como quien conoce lo que el tiempo da.
VI
Noche de luna, refugio y camino,
me envuelves entera, me haces soñar;
y aunque en el alba te pierdas, destino,
tu luz en mi sombra sabrá regresar.