No al desaliento
No dejes que te arrastre el desaliento,
ni ahogues tu esperanza en el quebranto,
que aunque la vida a veces causa espanto,
también regala luz con el tiempo.
El llanto es como río, va corriendo,
y lleva hacia la mar su descontento.
En cada paso, un nuevo firmamento,
y un cielo que se aclara con el viento.
Recuerda que en tus manos va el destino,
no importa lo que intente el cruel dolor,
la fuerza está en tu alma y su camino.
Levanta la mirada, hay un fulgor,
un faro entre las sombras del camino:
la vida siempre nace del amor.
