Con bravura invocamos al abismo, Palabras fuertes, gestos de valor; Mas cuando el diablo muestra su fu… Tiembla la voz, se quiebra el hero… Fácil es provocar desde el cinismo…

Tierras labradas por incas y tolte… Egipcios y griegos, de antigüedad; Jóvenes y niños, con buena concien… Que sembraron verdad, con fe en el… Si acaso la bondad aún existe,

Oh, mariposa Monarca, bella y eté… tus alas de fuego en el aire danza… de México a Canadá, sin frontera, tu viaje es una hazaña, una proeza… Tus alas, cual susurro de seda al…

Soy la flor en el camino, marchita, pero con valor, al sol que hiere, un destino, el árbol que siente el dolor. En la llanura, un suspiro,

A lo hecho pecho, dice el dicho po… no vale lamentarse ni el tiempo re… Lo pasado, pasado, no se puede cam… solo queda aceptarlo y seguir sin… Los errores cometidos, las decisio…

En campos de verde manto, bajo un… el viento mece su canto, con la br… En prados sin fin ni bordes, donde… la vida se vuelve goce, y el alma… Flores de colores vivos, susurran…

Un tic en el párpado. La mueca fugaz de tus labios. Una mano que escapa de la mía, Que se retuerce, que se escurre. El silencio que se interpone,

Por tu ternura y bondad sin par, Que me han guiado con amor filial, Agradezco, bendita y singular, Tu presencia que me hace respirar. Por permitirme conocer mi error,

En la noche de San Juan, bajo un cielo de estrellas, un joven enamorado a su amada le declara: “Dispuesto estoy por usted

En versos impregnados de nardos, Un perfume que solo yo veía. Con mi boca y labios húmedos, La almohada humedecía. Te amé con pasión ardiente,

Ayer, un cielo gris, llovía sobre la ciudad, y el corazón, en su prisión, se hundía en la melancolía. Las calles, desoladas,