Mieles de besos imberbes
La tarde se desnuda en sus bordes dorados
y el cielo es un espejo de azul que se diluye.
Tus labios son corolas de pétalos sagrados
la flor que entre mis manos su pulso distribuye.
En cada beso ocultas un cántico divino
un roce que despierta la luz de las estrellas.
El aire es el suspiro de un místico destino
que entre tu piel y mi alma su bruma deja huellas
De mieles juveniles tu boca está colmada
su néctar embriagante desliza fuego y vida.
Tus ojos son la llama que quema en la alborada
y en su fulgor habita la gloria compartida.
