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Elideth Abreu

Mi vieja

 
 
 
 
 
En el patio de la casa,
siempre sentada en su silla,
mate en mano y con la vista
controlando la familia.
 
Tiene el ojo bien despierto,
nada a ella se le escapa,
si algo pasa en el barrio,
te lo cuenta de volcada.
 
 
¡Ay, mi vieja, qué bravura!
No la quieras discutir,
te gana con solo un gesto
y te manda a corregir.
 
 
 
Cuando al baile se la llevan,
ella vuelve con más brío,
zapatilla en la cabeza,
te corrige el desvarío.
 
Pero guarda que te quiere,
con su modo tan sincero,
corazón de chacarera,
brilla más que el sol entero.
 
 
¡Ay, mi vieja, qué bravura!
No la quieras discutir,
te gana con solo un gesto
y te manda a corregir!

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