Rima Duque
En medio del frío, tu amor florece… Rosa fragante en el yermo helado, Vibrante destello que permanece, Primavera en un corazón llorado. El paisaje nevado, triste y yerto,
Que no caiga el peso, del juicio severo, que sea sincero, sin pena ni exceso. Que el tiempo confeso
Qué difícil ser preso a los ojos del mundo, llevar la carga del juicio como cadenas de humo. Pero hay quienes, encerrados,
Es el odio que el odio genera, como un eco que nunca se apaga, una herida que siempre se espera, y en la noche su sombra se alarga. Es la chispa que incendia la ira,
En el jardín de la aurora, donde el viento va y susurra, se alza esbelta y soñadora una rosa que murmura. Lleva el eco de la brisa,
Se amotina la luz en los rincones, donde el viento hurta murmullos y las sombras se acunan en su fuga… Es la hora en que las hojas callan… susurrando secretos al abismo
Hoy trato de evocar, mas nada recu… La mente se obscurece, sumida en e… Las puertas del pasado se cierran… Y solo hallo sombras donde hubo un… Intento aferrarme a alguna vivenci…
Hoy es un buen día para mirar de cerca los reflejos en el agua, descifrar sus susurros. Hoy es un buen día
Atrapa la nube alta, vida en vuelo… Sin perder el sentido, gana anhelo… El peso de la tierra, el dedo enhi… Te ata, te doblega, te hace pequeñ… Rompe las cadenas, el yugo estrech…
Tu alma brillaba como un secreto callado, como un canto que no se oye pero siempre está vibrando. No querías mostrarla,
En el viejo bosque calla la canción de un río errante, y la luna, blanca y sabia, va alumbrando lo distante. Caminante de la noche,
A menudo vuelvo al tiempo aquel, cuando en tus brazos hallé mi hoga… tus manos firmes, tu amor tan fiel… tus ojos dulces, mi eterno lugar. Hoy soy madre, y puedo entender
Oh, Amazonas, rey de los ríos, Que surcas la tierra con majestad, De norte a sur, de este a oeste, Tu curso recorre, inmenso y sereno… Tu nacimiento, en las alturas,
Soy un árbol sin raíces, Un espejismo en el desierto, Una sombra sin dueño. Mis hojas se marchitan al calor, Mis ramas se quiebran al viento,
Otrora, las sirenas en la esquina… seduciendo con promesas que tu men… Tus ansias, cual presa, ellas enca… y tu voluntad, cual flor, se march… Mas el tiempo, sabio y silente, ha…