En tus brazos encontré,
La pasión más ardiente,
Un amor que me hizo perder,
El sentido y la mente.
Eras mi anhelo prohibido,
Mi sueño más preciado,
Un deseo que me consumió,
Y me dejó desolado.
Tus labios eran mi perdición,
Tu mirada, mi condena,
Tu amor, mi más grande adicción,
Mi más dolorosa pena.
Pero ahora que todo acabó,
Y nuestro amor se desvaneció,
Me quedan estos versos,
Como testimonio de mi locura.
Porque tú fuiste mi dicha,
Mi más grande amor,
Pero también la desdicha,
Mi más amargo dolor.