En brumas de olvido, vago sin razón,
Como un barco a la deriva, sin rumbo ni timón.
Recuerdos esquivos, como sombras que huyen,
Me dejan en un vacío, donde las certezas mueren.
Momentos borrosos, se difuminan en el éter,
Como estrellas distantes, que ya no puedo ver.
El hilo de mi historia, roto y deshilachado,
Me convierte en un extraño, perdido y extraviado.
Tanteo en la oscuridad, buscando un destello,
Un destello que ilumine mi camino incierto y bello.
Pero la niebla se cierne, espesa y opaca,
Ocultando el pasado, dejando solo la nada.
Como un viajero perdido en un laberinto sin salida,
Dejo huellas vacías, que nadie interpreta ni descifra.
Mi mente es un lienzo en blanco, donde nada permanece,
Solo el eco distante de voces que ya no me pertenecen.
Pero en lo profundo del abismo, un destello de esperanza,
Un latido tenue, que lucha contra la añoranza.
Quizás, entre las ruinas de mi memoria perdida,
Encuentre un nuevo camino, una nueva identidad querida.
Aunque los recuerdos se hayan desvanecido en el tiempo,
Mi espíritu permanece, fuerte y sin miedo a los lamentos.
En la niebla de la amnesia, encontraré mi norte,
Y reconstruiré mi historia, con palabras que salgan del corazón.