Margaritas, blancas y puras,
Deshojo mi amor con ternura.
Cada pétalo un suspiro,
Un anhelo que no puedo reprimir.,¿Me quiere ¿.No me quiere?’, pregunto,
Mientras las hojas van cayendo al suelo.
Cada una un latido de mi corazón,
Que tiembla ante el veredicto del amor.
El viento susurra suavemente,
Llevando mis esperanzas al cielo.
El sol brilla con intensidad,
Iluminando el camino de mi anhelo.
Pétalo a pétalo, la verdad se revela,
Como un secreto que se desvela.
‘¿Me quiere? ¿No me quiere?’, la pregunta persiste,
Hasta que sólo queda un pétalo en mi mano.
Con un profundo suspiro, lo deshojo,
Y mi corazón se llena de gozo.
Me quiere!,dice el último pétalo,
Confirmando lo que mi alma ya sabía.
Margaritas, testigos de mi amor,
Guardias silenciosas de mi corazón.
Gracias por revelar la verdad,
Y por llenar mi vida de felicidad.