Marea de locura
Dicen que amó con furia descalza,
con manos abiertas como el viento,
que un artista la pintó con sombras
y la besó con labios de fuego.
Dicen que la vio la luna errante,
bailando sola sobre los tejados,
susurrando versos a las estrellas
que el alba nunca ha revelado.
Fue mujer y tempestad a un tiempo,
fue susurro y grito en el mismo latido,
se dejó arrastrar por la marea
y aún su nombre se oye en el río.
En el pueblo, donde todo se sabe,
nadie entendió su amor desbocado,
pero en las noches de lluvia lenta
su voz regresa, en gemido callado.
