Por cielo azul, la luna impúdica y bella,
Sonrosada, desnuda, hacia la tierra vuela,
Como una reina, el sueño sus pupilas sella,
Sus contornos, su nácar, su sonrisa revela.
Su luz plateada el firmamento inunda,
Y en las aguas del mar la luna se profunda,
Su brillo, el cielo y el alma confunde,
Y en su faz, el fulgor del alba funda.
Su faz pálida y suave, un destello,
Que inspira el verso y enciende el anhelo,
Su reflejo, en el agua, un señuelo,
Que atrae al alma y la lleva al cielo.
Su luz tranquila, como un dulce ensueño,
Que envuelve el espíritu en su blando empeño,
Y en la noche estrellada, su lucero dueño,
Guia al caminante, y alegra al sueño.