Los poetas de ayer
Los poetas de ayer caminan despacio,
entre sombras de tinta y papel,
dibujando en el aire sus sueños
con las plumas doradas de un fiel pincel.
Llevan versos bordados de luna,
y nostalgias de un tiempo fugaz,
con las almas de fuego y espuma,
con sus labios hambrientos de paz.
Sus palabras aún flotan despacio
como un eco que nunca murió,
en las noches de lluvia y desvelo,
en la brisa que todo envolvió.
Ellos saben que el mundo es ceniza,
que la rima no es solo un disfraz,
y aunque el tiempo devore sus huellas,
su canción no se irá jamás.
Los poetas de ayer no se han ido,
son estrellas que laten sin fin,
en los libros, en plazas desiertas,
en la risa de un niño al jardín.
Déjalos seguir su camino,
con su amor, su locura, su fe,
porque siempre habrá un verso escondido
en los sueños que nunca se fue.
