Lloran los jazmines bajo la brisa,
su blanco aroma se tiñe de ausencia,
la noche guarda su fría sentencia,
y el eco muere donde el llanto pisa.
El aire vaga con calma indecisa,
trayendo un rastro de tu reminiscencia,
y el jardín calla, perdido en la esencia
de un tiempo que entre la nada se desliza.
Sin ti, la luna se viste de duelo,
las flores caen al lecho de olvido,
y el alba, herida, se apaga en el cielo,
te buscan las ramas, mas no hay abrigo,
y entre susurros de hojas y desvelo,
solo el silencio responde, vencido.