Cada mañana, el cuaderno se abre
como una ventana hacia el saber.
Lápices danzan sobre el papel,
trazando caminos de conocimiento.
La mente, curiosa, se estira
alcanzando ideas nuevas y brillantes.
Cada página es un desafío,
cada palabra, una semilla que crece.
En el silencio del estudio,
se forjan sueños y ambiciones.
La tarea, más que obligación,
es llave que abre mil puertas.
Así, día a día, letra a letra,
se construye el futuro,
en la humilde rutina
de aprender y crecer.