Lamento de la Roca Olvidada!
Inmersa en la soledad de este páramo árido,
yago silenciosa, dormida y callada,
cubierta de polvo, olvidada e ignota,
despojada de todo, inerte y desgastada.
Fui testigo del tiempo que todo lo borra,
del vendaval que todo lo devasta y desgarra,
del incesante desgaste que marchita y corroe,
del olvido implacable que todo lo sepulta y amarra.
Aquí yazgo abandonada, olvidada y sola,
sin lágrimas que lloren mi triste abandono,
sin manos que me alcen, sin voces que me nombren,
sumida en el silencio y la sombra de un sueño eterno.
Alguna vez fui parte de la alta montaña,
soporte y cimiento de su recia estructura,
elevándome altiva, desafiando los cielos,
hasta que un día cedí a la erosión y mi forma se tortura.
Desprendida y rodando, dejé atrás la cumbre,
perdiendo mi esencia, mi fuerza y mi gloria,
hasta llegar a este páramo donde yago postrada,
borrada y silente, sin rastro ni historia.
Y ahora soy sólo un fragmento olvidado,
una piedra desnuda, erosionada y gris,
sin nadie que me evoque, sin nadie que me llore,
condenada a yacer en este silencio hostil y sin fin.
Mas a pesar de mi abandono y mi olvido,
guardo en mi interior un eco que aún vibra,
una chispa de vida que aún no se extingue,
un grito de protesta que en mi alma se libra.
Porque sé que mi esencia aún perdura intacta,
que mi origen es noble, mi estirpe elevada,
y que algún día volveré a ser parte
de la roca imponente que fui en otro tiempo alzada.
Hasta entonces, aguardaré paciente y serena,
confiada en que mi hora volverá a llegar,
y que mi voz callada tornará a ser escuchada,
proclamando mi gloria que nunca podrá apagar.
