La sombra de tu adiós
Anoche entre copas y sombras,
volví a pronunciarte sin más,
la luna lloraba conmigo,
testigo de mi soledad.
Tus besos, ceniza en mi pecho,
tus ojos, un cruel desandar,
me dejas la vida vacía,
la sombra de tu adiós mortal.
El viento me lleva tu risa,
tan lejos que duele pensar,
que un día juraste quererme
y ahora te vas sin mirar.
Mis pasos se pierden sin rumbo,
la noche me vuelve a atrapar,
y en cada canción que suspiro,
se muere un pedazo de amar.
Y aunque quise olvidarte, no puedo,
mi alma se ahoga en tu voz,
te fuiste dejándome a solas,
con penas, con lágrimas, con mi dolor.
Me queda la copa en la mano,
me queda la herida en la piel,
y el eco de un “te amo” en las sombras,
que nunca me vuelve a querer.
