La Poesía en Tiempos de Barbarie
La poesía es trampa para el débil latido,
un susurro que encierra la belleza que muere,
el eco asfixiado de un mundo dividido,
un grito que lucha contra aquello que hiere.
En tiempos de barbarie su voz se hace daga,
un filo que corta la sombra del olvido,
se alza como llama donde el caos se apaga,
y guarda la esencia de lo puro y perdido.
Sus versos son jaulas para el arte olvidado,
refugio de un canto que el horror silenciará,
pero en su prisión vive lo inmaculado,
un rayo que el alma del hombre despertará.
Es trampa y es farsa para el mundo violento,
un espejo oscuro de lo que hemos quebrado,
y aun así florece como un tenue aliento,
la última promesa de lo iluminado.
Aunque el hierro aplaste su cadencia infinita,
aunque el grito sordo todo quiera arrasar,
la poesía trampa del abismo nos quita,
y en su jaula frágil, vuelve a hacernos soñar.
