Ojos de aceituna,
tez morena,
la monja gitana
cruza la alameda.
Bajo el hábito negro,
¿qué esconde?
¿Quién sabe lo que piensa
la monja gitana?
Su mirada profunda
no mira a nadie.
Sólo el viento mueve
su sombra en la arena.
Cuando llega la noche,
¿qué ensueños la aguardan?
¿Qué voces le llaman
tras los altos muros?
Nadie lo sabe.
Sólo Dios y ella.
La monja gitana
sigue su camino.