Soñar, más que versos bellos,
Es labrar el suelo del alma,
Despertar los sueños dormidos,
Y cultivar un jardín de calma.
La melancolía, un peso gris,
Se transforma en un lienzo en blanco,
Donde pintamos sueños vívidos,
Y liberamos el corazón franco.
Cada semilla, un anhelo,
Cada riego, un paso firme,
Florecen flores de esperanza,
Que iluminan el camino incierto.
El suelo del alma, fértil tierra,
Donde sueños echan raíces,
Crecen y se fortalecen,
Transformando la vida en delicias.
Soñar es más que poesía,
Es labrar el suelo del alma,
Es cultivar la libertad,
Y encontrar la paz en la calma.