A Juan Antonio Alix, poeta,
del Cibao, voz tan querida,
en tus versos, la vida
se pinta clara y completa.
Tu pluma, siempre discreta,
retrata el campo y su gente,
con un estilo elocuente
y un humor tan singular,
que en tu obra popular
brilla el alma transparente.
En tus décimas, la gracia
del costumbrismo florece,
y el pueblo siempre agradece
tu ingenio y tu eficacia.
Tu palabra, con audacia,
recorre tiempos y espacios,
desatando mil abrazos
en cada canto y refrán,
eres el poeta Juan,
de todos los corazones lazos.
A través de tus escritos,
se escucha el campo cantar,
la vida rural brotar
en tus versos tan bonitos.
Los juglares y los mitos
reviven en tu poesía,
y la gente, en su alegría,
te lleva en el corazón,
como un fiel trovador,
de la tierra, su armonía.
Tu legado es inmortal,
en la historia dominicana,
y cada rima temprana
es un verso sin igual.
Tu voz, siempre tan leal,
resuena en cada rincón,
y en el alma del terruño,
eres luz y eres canción,
Juan Antonio, fiel bastión,
del Cibao, eres el dueño.