Invocamos al miedo con descuido,
Creyendo que jamás ha de llegar;
Mas cuando al fin lo vemos asomar,
Descubrimos un ser desconocido.
No es el monstruo que habíamos temido,
Sino un reto que invita a superar;
En la adversidad, podemos brillar,
Revelando un valor inadvertido.
Sí, una cosa es hablar con ligereza,
Y otra, enfrentar la prueba cara a cara,
Mas en ello hallamos nuestra fuerza.
Del temor nace nueva entereza,
Y aunque el desafío nos depara,
Crecemos, y el “diablo” se dispersa.