Si por miedo has elegido, eso no es amor sincero, no es un lazo verdadero, ni un sentir puro y sentido. El amor no va perdido,
La brisa juega entre las hojas ver… y el día canta un himno de alegría… Las sombras saltan bajo los árbole… la luz las persigue como un niño. El río danza con su propia música,
¿Dónde se esconden los suspiros pe… en qué rincón del alma se desvanec… ¿Quién puede responder a los anhel… a las preguntas que en el pecho fl… ¿Dónde habita el amor en su esenci…
Nos creímos obra maestra, con trama, clímax y nudo, pero apenas dimos muestra de una escena mal compuesta y un final predecible y mudo.
A los grandes poetas del ayer, que con pluma y tinta nos legaron, sus versos eternos nos brindaron, un eco de amor, dolor y placer. En sus rimas podemos entender,
Nació en el suelo, junto al jazmín, tierno su anhelo, puro su fin. Brilla en su frente
Cuando llegan los ángeles, la luz tiñe el cielo, sus alas murmuran al viento, y el dolor se vuelve eco. Las sombras se disipan,
En la costa, brilla el sol, con su luz dorada y tierna, y en la arena, la linterna, del amor, todo es fulgor. Un verano de esplendor,
En medio del dolor, la vida renace… Y el respeto perdido se rescata. El amor aligera sus cargas, Y el valor se aferra, no se aplast… La esperanza renueva su aliento,
Tierra palpitante, madre de vida y… tus venas de ríos nutren el alma d… En tus bosques, susurran secretos… y las montañas se alzan, guardiane… Mar infinito, espejo del cielo cam…
Bebedor de la noche, voz quebrada, rey de versos que duelen y desnuda… en tus canciones las verdades muda… y el amor es herida mal curada. De humo y calle está tu alma forja…
Somos una especie muy rara, nos masacramos con hierro y palabr… pero en la luz de un atardecer somos capaces de llorar por su bel… Tallamos guerras en la piel del mu…
Como flor mustia en agosto, caigo, Mi esencia se desvanece, mi bellez… Los pétalos se desploman, un espec… Mientras el tiempo implacable su c… El sol abrasador ha robado mi colo…
En el pecho una batalla, donde el amor se diluye, y el alma nunca concluye su lucha, su dura malla. La esperanza se acaudalla,
Dios no escucha el chillido de los… no oye su grito ahogado en el fang… no siente el temblor de sus cuerpo… por el hierro ardiente de manos si… Ruegan al cielo con ojos de sombra…