En la flor tardía, su esencia fluye,
Delicia suprema, que el alma suple.
Esplendor silencioso, donde se anula
El peso del mundo, que el espíritu embruja.
Su aroma sutil, un bálsamo que cura,
Heridas del alma, con ternura suma.
En su néctar oscuro, la libertad se asume,
Ahuyentemos las sombras, que su luz confunde.
Como flor en el viento, se mece y ondea,
Libre e indómita, su esencia despliega.
Su belleza cautiva, el alma rodea,
Inspirando el anhelo, que el corazón anhela.
Flor tardía, tu esencia, mi dulce consuelo,
Guíame en mi senda, hasta el cielo.
En tu fragancia, encuentro mi anhelo,
La más alta esencia, mi deseo y mi celo.