Errar es de humanos, caída y fragor,
fragor de caminos y dudas al vuelo,
vuelo en los sueños que rozan el cielo,
cielo que inspira en el más puro amor.
Amor por lo incierto, el riesgo tomado,
tomado el impulso de ser vulnerables,
vulnerables y fuertes, a veces errantes,
errantes y humanos, con pasos quebrados.
Quebrados en barro, y al barro encontrarse,
encontrarse en piezas, dispersos, inciertos,
inciertos y fieles a ser tan abiertos,
abiertos y frágiles, listos a abrazarse.
Abrazarse al fallo, con ansias de cielo,
cielo que alienta al que mira hacia el sol,
sol que en el polvo nos da su consuelo,
consuelo en errar, y en errar ser mejor.