En la penumbra, el aire canta,
un susurro leve que al alma alcanza.
El sol tímido se asoma al balcón,
y en su luz danzante, hallo la razón.
La brisa acaricia, suave y sincera,
como un secreto guardado en primavera.
Las hojas murmuran historias pasadas,
y el cielo se viste de albas doradas.
Tus ojos, luceros en la madrugada,
destellan promesas nunca olvidadas.
En el silencio, el amor se revela,
un suspiro eterno que el tiempo congela.
Cada instante, un verso en el aire,
un eco dulce que nunca se apague.
El beso eterno de la aurora fiel,
más que un sueño, un pacto de miel.