El beso es prueba sagrada,
piedra firme y luminosa,
donde el alma se hace rosa
y la pasión es llamada.
Es la armonía callada,
melodía cautelosa,
brisa leve y prodigiosa
que en su roce nos desarma.
Es fuego de luz tan clara,
es canto en susurro ardiente,
es paz que a la vez declara
ser el pulso de la gente,
la chispa que no se apaga,
música que al fin nos siente.