El Sabio y la Duda
En una tarde de ocaso,
un sabio se sentó pensando.
Su mente, un mar de preguntas,
buscaba verdades sin hallazgo.
“¿Qué es real?”, se preguntaba,
mientras miraba el cielo inmenso.
“¿Es todo ilusión o existe
algo más allá del velo?”
Un niño pasó corriendo,
persiguiendo su propia sombra.
El sabio lo observó atento,
viendo en él una paradoja.
“La verdad”, pensó el anciano,
“es como esa sombra esquiva.
Creemos poder alcanzarla,
pero siempre se nos escapa.”
Rió el sabio con dulzura,
comprendiendo en un instante:
la sabiduría más pura
es saber que nada se sabe.
Y así, con humilde asombro,
abrazó la incertidumbre.
Pues en la duda constante,
halló la más clara lumbre.
Anécdota filosófica
