En el aula, se despliega un halo de encanto,
el perfume de mi maestra llena el espacio,
un aroma dulce que despierta el espíritu,
y envuelve mi ser con su cálido abrazo.
Cada mañana, su presencia se hace sentir,
como una brisa suave que acaricia mi piel,
sus palabras, como notas de una canción,
me guían en un viaje de aprendizaje y querer.
En su mirada, encuentro un universo de sabiduría,
sus ojos reflejan la pasión por enseñar,
y en cada gesto, se siente su entrega y entrega,
una vocación que no se cansa de amar.
Su voz, melodía que me envuelve en magia,
sus palabras, pinceladas de inspiración,
me llevan a descubrir el mundo y sus maravillas,
y a despertar en mí la sed de exploración.
El perfume de mi maestra es un bálsamo,
que calma mis miedos y aviva mi ilusión,
es el aroma que impregna mi memoria,
y me recuerda que en su cuidado, hay protección.
A través de los años, su esencia perdura,
como un recuerdo imborrable en mi mente,
su perfume se fusiona con mis propios sueños,
y me impulsa a ser mejor, incansablemente.
Gracias, maestra, por tu fragancia especial,
por dejar en mí una huella imborrable,
tu perfume, como un faro en la distancia,
me guiará siempre, de manera inquebrantable.
Maestra Azucena, con olor a limón
Vivirás para siempre, en mi corazón!