En la biblioteca circular del tiempo,
Donde cada libro es todos los libros,
Un hombre busca su reflejo eterno
Entre espejos que multiplican siglos.
El tigre acecha en cada laberinto,
La rosa de los vientos marca el rumbo
Hacia un jardín de senderos distintos
Que convergen en un punto profundo.
El aleph contiene todo el universo,
La memoria es un río interminable,
Y en cada sueño yace un verso
Que cifra el enigma inescrutable
Del ser que se contempla en lo diverso,
Y es, a la vez, efímero e inmutable.