**El Cuervo Templario**
En las sombras de la noche, un ave oscura,
El Cuervo Templario, su vuelo seguro.
Sus ojos brillan como el fuego,
Un guardián de secretos, un presagio de fuego.
Sus alas negras como el azabache,
Cubren el cielo como una capa.
Vigilante eterno, testigo del tiempo,
Su graznido resuena, un canto de dolor.
En los salones medievales,
Donde los nobles susurran y los caballeros pelean,
El Cuervo Templario observa,
Un testigo silencioso de la historia que se teje.
Sus garras afiladas, un arma mortal,
Protegiendo el orden, la fe inquebrantable.
Un símbolo de rectitud y valor,
El Cuervo Templario, un guardián para siempre.
En el campo de batalla, su presencia se siente,
Guiando a los soldados, infundiendo valor.
Su graznido, un grito de guerra,
Inspirando a los justos, sembrando el miedo en el mal.
Pero cuando la Orden cae,
El Cuervo Templario se lamenta y llora.
Sus plumas se marchitan, su espíritu se apaga,
Un símbolo de una época pasada que se desvanece.
Sin embargo, en las leyendas y en los cuentos,
El Cuervo Templario vive para siempre.
Un guardián del pasado, un mensajero del destino,
Su historia se transmite de generación en generación.
Así pues, escucha el graznido del Cuervo Templario,
Un eco del pasado, un susurro del futuro.
Porque en las sombras de la noche,
Su espíritu permanece, un guardián para siempre.
