El canto dormido
I
Cantaban los cielos con voz de ternura,
cantaba la brisa su lento vaivén,
y el río en su cauce de plata y espuma
tejía los versos de un tiempo que fue.
II
Las manos maternas, cual alas de sombra,
cubrían la cuna con dulce calor,
y en cada susurro de noches calladas
las viejas canciones volvían en flor.
III
Mas vino la ausencia, la casa en silencio,
las notas se fueron con el atardecer,
y solo en el aire quedaron flotando
las voces dormidas que ansío entender.
IV
Aún suenan despacio, en horas lejanas,
las tristes tonadas de un mundo de ayer,
y cuando la luna desnuda la noche,
sus ecos me llaman, los vuelvo a aprender.
