Delicias dulces que la vida encierra,
mezclando el miel con lágrimas de mar,
latidos puros que vienen a sanar,
corazón libre que el amor destierra.
Pasión ardiente que en la sangre hierra,
cual río audaz que nunca va a cesar;
es magia etérea que al alma va a dar
la luz del alba en su infinita guerra.
Renace el mundo cuando tú lo invocas,
se quiebran miedos con tu dulce aliento,
y el alma vuela donde tú la tocas.
Amar es fuego que se torna viento,
es sal que hiere pero nunca evocas,
pues el dolor es vida en su sustento.