En los ojos de quien mira
se despierta la magia divina,
un universo de belleza infinita
que embriaga el alma y la ilumina.
En cada mirada, un destello de luz,
una chispa de encanto y emoción,
donde la belleza se hace seducción,
y el corazón se llena de plenitud.
Los ojos son pinceles del alma,
que pintan con pasión y ternura,
la belleza que el mundo abraza,
en cada mirada, en cada aventura.
En ellos se reflejan los sueños,
los anhelos y las pasiones,
y en cada parpadeo, la vida se adueña,
de instantes llenos de emociones.
La belleza se encuentra en cada rincón,
en un amanecer dorado como el sol,
en una sonrisa que ilumina el corazón,
o en la pureza de un canto de ruiseñor.
No hay límites ni fronteras,
para aquellos ojos que saben ver,
la belleza que en el mundo espera,
y en los demás pueden reconocer.
Desde hoy, abre tus ojos con amor,
y descubre la belleza que te rodea,
en cada mirada, en cada color,
en cada instante que la vida te crea.
Porque la belleza siempre habita,
en los ojos de quien la mira,
un regalo que el universo nos invita,
a valorarla y compartirla con alegría.