Tú, que habitas más allá de las estrellas,
Más alto que el cielo y más profundo que los mares.
Tú, que conoces cada suspiro y cada lágrima,
Que sondeas los secretos de mi corazón.
Tú, que creas y sostienes el universo entero,
Que ordenas los ciclos de la noche y el día.
Tú, que hablas en el susurro del viento,
Que te revelas en la belleza de la creación.
Tú, que eres justo y misericordioso,
Que perdonas y renueva mi alma.
Tú, que me guías por senderos de justicia,
Que me fortaleces en los tiempos de prueba.
Tú, Dios mío, eres mi roca y mi refugio,
Mi fuerza y mi salvación.
A ti elevo mi corazón en adoración,
Pues eres el único, verdadero y digno de alabanza.