En el crisol de versos nos hallamos,
como cómplices de un arte profundo,
donde las palabras tejen sus lazos,
y el alma encuentra su eco en el mundo.
Cada estrofa es un pacto silencioso,
un acuerdo tácito de emociones,
que fluye entre rimas y versos libres,
como un río que nunca se detiene.
En la poesía somos aliados,
nuestras voces se mezclan en el aire,
y el papel se convierte en confidencia.
No hay secretos que no confesemos,
ni sentimientos que no compartamos,
somos cómplices en la poesía.