I
El viento susurra secretos al río,
la luna se esconde detrás del abismo.
Sueños dispersos se pierden al alba,
y cada paso parece extraviado.
Los días se miden en sombras y ecos,
la vida se escapa como agua en las manos.
II
Un faro distante vigila el silencio,
la noche despliega su velo infinito.
Las promesas caen como hojas secas,
y el tiempo devora todo a su paso.
Al amor lo arrastra la brisa incierta,
y el olvido acecha en cada rincón.
III
Buscamos sentido en la incertidumbre,
como ciegos que ansían ver la verdad.
El deseo arde, luego se apaga,
como fuego que nunca halla leña.
Las palabras pesan más que el silencio,
pero a veces hieren más que la ausencia.
IV
La ausencia se cuela en noches sin luna,
y el silencio enreda el hilo del alma.
El fuego que arde se vuelve ceniza,
y la verdad huye de nuestros ojos.
Como olas que se estrellan en vano,
la incertidumbre nos mantiene despiertos.
V
En rincones ocultos, late el olvido,
como viento que borra huellas sin fin.
El amor se pierde entre sueños rotos,
y el tiempo dibuja su marcha imparable.
La noche derrama su sombra infinita,
y el silencio vuelve a cubrirlo todo.
VI
El agua en las manos se escapa de nuevo,
el viento retoma sus viejos secretos.
Cada paso extraviado halla su rumbo,
y al alba, los sueños regresan dispersos.
El abismo refleja la luna escondida,
y la vida se enciende con luz renovada.