Cántico del Sol Interior
Mistica Italiana
Hermano Sol, que ardes en mi pecho,
no con fulgor de estrellas ni del día,
sino con luz de amor y de armonía,
que eleva mi alma al eterno lecho.
Hermana Luna, dulce y plateada,
reflejas el rostro del Amado,
en la calma del corazón callado
donde la gracia siempre es derramada.
Oh viento suave, soplo divino,
que guías al alma en su jornada,
llevándola al abrazo del Destino,
donde la Paz es siempre enamorada.
Hermana Tierra, madre fecunda,
en tus entrañas siento el Misterio,
que en lo pequeño guarda el Imperio
de la Vida que nunca se derrumba.
Y tú, oh fuego, chispa del Creador,
que purificas todo en tu ardor santo,
haz que mi ser sea un puro canto
de gratitud, de entrega, de amor.
Alabado seas, Señor eterno,
por lo visible y lo que está escondido,
pues en lo simple hallamos el sentido
de caminar contigo al cielo tierno.
