Tierra palpitante, madre de vida y misterio,
tus venas de ríos nutren el alma del mundo.
En tus bosques, susurran secretos los árboles,
y las montañas se alzan, guardianes del tiempo.
Mar infinito, espejo del cielo cambiante,
tus olas son versos que besan la orilla.
En tu seno danzan criaturas de plata,
y tus profundidades guardan tesoros ocultos.
Viento inquieto, mensajero de aromas y sueños,
acarisias las flores y agitas las nubes.
Llevando semillas, tejiendo estaciones,
tu aliento es la música que mece el universo.
Fuego ardiente, corazón de la tierra que late,
en volcanes despiertas, en auroras te elevas.
Tu calor es la fuerza que transforma y renace,
en cada amanecer, en cada primavera.
Naturaleza, poema vivo que respira,
en ti somos versos de un canto eterno.
Tu belleza nos llama, tu misterio nos guía,
en el abrazo verde de tu amor sempiterno.