Blanca rosa del cielo, radiante y luminosa,
la noche se vistió con su fulgor divino,
tu perfume bendice la vida más hermosa.
En Belén floreció el amor puro y genuino,
la esperanza renace en un portal sagrado,
la luz venció a la sombra, venció lo más dañino.
Los cielos celebraron su canto bien amado,
y la tierra, en su gozo, tembló de regocijo,
un niño fue la flor del rosal inmaculado.
Tu pureza es un río que al corazón dirige,
la gracia de tu rostro ilumina el sendero,
eterno es el amor que en su palabra rige.