Mundo Oceánico
En el vasto azul donde el sol se asienta,
las olas susurran secretos del tiempo,
un reino profundo, misterio y vida,
el bioma oceánico, eterno y sereno.
Corales danzan en un vals de colores,
bailarines marinos en un mundo sin fin,
peces que brillan como joyas del cielo,
un arcoíris sumergido, sutil.
Las estrellas de mar, con calma infinita,
observan la danza de corrientes y olas,
donde el pulpo, maestro del arte oculto,
se desliza en sombras, su magia despliega.
Los cetáceos cantan canciones lejanas,
ecos que viajan en la brisa salada,
susurros de vida en las profundidades,
un canto de amor a la tierra anhelada.
Las gaviotas trazan rutas en el aire,
marcando el horizonte, su hogar en el viento,
y en cada amanecer, el océano despierta,
con promesas de vida, en su eterno movimiento.
Bioma oceánico, guardián de secretos,
en tus aguas se tejen historias saladas
un mundo que abraza la vida en su esencia,
un poema de paz, una balada a las aguas.
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Bioma Oceánico2
En las profundidades del azul profundo,
donde el sol apenas roza el suelo,
habita un mundo, vasto y fecundo,
con secretos que el tiempo ha hecho duelo.
Las olas susurran historias antiguas,
de criaturas que danzan en su vaivén,
peces de colores, sirenas y brisas,
unidos en un canto, un eterno edén.
Corales que brillan como joyas del mar,
refugios de vida en su abrazo cálido,
bailarinas del agua, en su hogar,
dan vida a un reino, mágico y frágil.
Las corrientes llevan sueños lejanos,
de islas y costas, de barcos y veleros,
cada ola es un verso, un eco humano,
que narra el destino de antiguos marineros.
En la penumbra, el misterio se asoma,
las sombras se mueven, en silencio profundo,
el océano guarda, en su vasta paloma,
la esencia del mundo, su pulso fecundo.
Y en el bioma de lo eterno y lo vivo,
celebramos la vida, el agua y su canto,
pues el océano, inmenso y altivo,
es un poema del que se ha escrito tanto.
