Beso
Beso de amor, eterno y fugaz,
Que enciende el alma con su cálida luz,
Caricia ardiente, que osa desafiar,
La eterna noche, que envuelve mi cruz.
En ese instante, todo se detiene,
El mundo a nuestro alrededor se esfuma,
Y solo quedan tus labios que vienen,
A calmar la sed que en mí se consume.
Un beso que sabe a gloria y delirio,
A sueños que por fin se hacen realidad,
Es el elixir que cura mi martirio,
La fuente que apaga mi inmensa soledad.
Pero tan pronto como llega, se va,
Dejando en mi pecho un vacío sin par,
Pues ese beso que tanto anhelaba,
Se aleja cual espuma sobre el mar.
Y aunque su efímera huella se borra,
Su recuerdo en mi ser aún permanece,
Pues tu beso, mi amor, es la aurora,
Que cada mañana en mi alma florece.
