Baul del alma
Conservo un baul
oculto en la brisa de mi corazón,
donde duermen los abrazos que no di,
los versos que el miedo calló,
las cartas jamás enviadas,
y los besos que el viento se llevó.
Guardo las noches de luna alta,
las miradas que nunca crucé,
las palabras que quedaron en sombras,
el amor que no supe ofrecer.
También hay flores sin dueño,
promesas que el tiempo olvidó,
suspiros que nunca volaron,
y caricias que el alma escondió.
A veces lo abro, temblando,
y el alma se llena de ayer,
como un río que vuelve a su cauce,
como un eco que quiere volver.
Pero ya no quiero encierros,
ni nostalgias que duelan al ver.
Voy a dejar que el baul respire,
que su carga se pierda en la piel.
Que salgan al mundo los sueños,
que las risas no mueran jamás,
que el amor no se quede esperando,
que la vida no se deba guardar.
Porque el tiempo no da treguas,
porque el reloj no mira atrás,
porque siempre es el día perfecto
para amar, para sentir, para estar.
