Voy siguiendo los suspiros del viento,
con los pies descalzos sobre el sendero,
dejando huellas en mares inciertos,
buscando un cielo, un nuevo universo.
Llevo en la piel memorias tatuadas,
canciones dormidas, promesas calladas,
pero en mi alma arde una hoguera,
fuego sin dueño, luz viajera.
No miro atrás, que el ayer es un río,
y el agua no vuelve al mismo destino.
Soy viento errante, soy primavera,
soy libre y salvaje, aventurera.
Si la nostalgia roza mi cara,
cierro los ojos, sigo la calma.
Porque en mi pecho canta el camino,
y en cada paso nace un destino.